En Recuerdos, sueños y pensamientos Jung relata que en la biblioteca de su casa sólo existía un diccionario de filosofía que atrajo su atención cuando buscaba la palabra diablo, noción que le suscitaba cierta inquietud por aquél entonces y quería investigar. Su madre le sugirió que leyese el Fausto de Goethe, avivando su curiosidad. Escribió: “esta obra inundó mi alma como un bálsamo maravilloso.”
Pretendemos en este apartado colgar escritos y noticias relacionadas con el pensamiento junguiano que de algún modo mantengan viva la llama de la curiosidad y nos sirvan igualmente de bálsamo esperanzador en estos tiempos social y humanamente áridos.
Los temas que interesaron a Jung siguen arraigados dinámicamente en nuestros tiempos porque pertenecen a la esencia del ser humano. Forman parte de la comprensión de la psique personal y colectiva, de la historia, de la cultura y de los orígenes de la vida. Y sin duda de la finalidad de la misma. Sin esta comprensión no se puede producir ningún movimiento y sin éste no hay esperanza, ni cambio, ni cura.